Argentina: Empleo y Cuidado en la Cadena Productiva del Cuero
Junto con la apertura de la economía, las reformas estructurales de los 90, y en particular las privatizaciones, afectaron la provisión de servicios públicos asociados con la economía del cuidado. Paralelamente, se dio un proceso que implicó la descentralización de los servicios, impactando negativamente en los equilibrios regionales, dando origen a un círculo vicioso: las jurisdicciones con menor capacidad presupuestaria y servicios de menor calidad, donde se localiza la mayor proporción de población empobrecida, se vieron forzadas a dar respuesta a una demanda proporcionalmente mayor debido a las crecientes necesidades que dejó insatisfechas la privatización de los servicios de cuidado.1 En efecto, la transferencia de las responsabilidades del Estado al sector privado en la oferta de servicios, implica que el acceso a los mismos queda restringido a quienes pueden pagarlos y deja marginados a amplios sectores de la población, particularmente aquéllos de menores ingresos. Estas problemáticas adquieren vital importancia de cara al desafío de promover la igualdad de género y reducir la pobreza y la exclusión social.
A pesar de las promesas sobre el impulso que daría la apertura comercial al desarrollo y particularmente a la creación de más y mejores empleos, los resultados obtenidos no alcanzan a colmar esas expectativas. No puede constatarse que la liberalización del comercio revierta automáticamente en crecimiento económico y menos aún en intercambios justos entre países. Tampoco ha contribuido a la inclusión y la equidad social. En términos de relaciones de género, la liberalización comercial no ha tendido a equilibrar el acceso a puestos de trabajo, ni ha diluido las brechas salariales, al mismo tiempo que persiste la segregación en determinados sectores de actividad de hombres y mujeres.
La Red de Género y Comercio (IGTN) ha venido acumulando evidencia sobre los impactos de las políticas comerciales en las relaciones de género en distintos países de América Latina, incluyendo Argentina.
Partiendo de un análisis de los niveles “macro- meso -micro” de la economía,2 se trató de poner en evidencia que el comercio internacional no genera suficiente empleo, y menos aún empleo femenino de calidad, como para considerar que por sí misma la liberalización comercial, sin políticas complementarias, conduzcan al bienestar. Además revela que, aun cuando las políticas comerciales fueran exitosas en la creación de empleo y, en particular, de empleo femenino, si las políticas públicas no atienden la esfera reproductiva3 no es posible aprovechar la fuerza de trabajo femenina, que sigue estando recargada con actividades vinculadas a las tareas de cuidado.
Se intentó demostrar esta relación a través del estudio de caso de una cadena productiva con inserción internacional. En el caso de la Argentina, se seleccionó la cadena del cuero, que tiene uncoeficiente de exportación superior a la media de las manufacturas y una tasa de feminización que también supera la tasa promedio en la industria.
En el presente informe se da cuenta de la relación entre políticas que favorecieron la inserción internacional de las manufacturas argentinas (como la devaluación monetaria), sus impactos en el mercado laboral para hombres y mujeres, y la relación con la conciliación entre las esferas productiva y reproductiva para las mujeres trabajadoras. En el punto II se hace referencia a aspectos metodológicos del estudio de caso; en el punto III se analiza la situación actual y evolución del sector; en el punto IV se recogen consideraciones sobre condiciones laborales y relaciones de género; en el punto V se analizan los trabajos de cuidado y relaciones de género y en el punto VI se plantean conclusiones y recomendaciones de políticas.
Año: 2008
Autoras: Norma Sanchís
Publicado por: Capítulo Latinoamericano de la Red Internacional de Género y Comercio